E5® Nano Silica densifica y endurece el hormigón desde el interior, creando una matriz más dura y menos permeable que resiste la abrasión, los productos químicos y los ciclos de hielo-deshielo. El resultado es una vida útil más larga, menos reparaciones y un rendimiento predecible en los entornos más duros.
Las carretillas elevadoras, los vehículos AGV y el tráfico de ruedas duras desgastan las superficies desprotegidas. La pérdida de pasta provoca la formación de polvo y desgaste irregular que acorta la vida útil del acabado.
A medida que aumenta la textura y se desprenden partículas finas, aumentan los costes de limpieza y aparecen problemas de seguridad y calidad. Los propietarios se enfrentan a frecuentes reparaciones, recubrimientos o sustitución de losas.
El agua dentro de una matriz permeable se expande al congelarse, generando presiones internas que causan microfisuras e incrustaciones superficiales. Las sales de deshielo intensifican los daños.
Las superficies desconchadas y descascarilladas requieren rectificado y parcheado, y las grietas subyacentes se convierten en vías de entrada para más ciclos de daños.
Las sales, los sulfatos y los líquidos agresivos descomponen las fases cementosas y debilitan la zona próxima a la superficie. Los cloruros aceleran la corrosión del refuerzo en cubiertas y pavimentos.
Una vez que la química compromete la matriz, el rendimiento y el aspecto se degradan rápidamente, obligando a una rehabilitación antes de lo previsto.
Sin protección interna, los milímetros superiores siguen siendo porosos y vulnerables. El secado diferencial y los defectos de acabado se convierten en puntos débiles a largo plazo.
Estas zonas desencadenan la formación de polvo, eflorescencias y fallos localizados que se propagan bajo el tráfico, inflando el coste del ciclo de vida y el tiempo de inactividad.
Las soluciones de durabilidad E5® están dirigidas tanto a nuevas construcciones como a rehabilitaciones en las que la abrasión, los productos químicos, los cloruros o las condiciones meteorológicas extremas ponen a prueba el rendimiento a largo plazo. Al densificar la matriz y endurecer la superficie, el sistema prolonga la vida útil de suelos, pavimentos y estructuras. Los propietarios reducen las interrupciones y los costes del ciclo de vida; los constructores obtienen calendarios predecibles y entregas más limpias.
